De camino a Murghab. Paramos a almorzar en un café en Alichur. Conocí a una anciana que pasaba por el café. La saludé y le pregunté cómo es la vida en Alichur y ella comenzó a contar sus historias de vida:
"Mi esposo murió hace años. No tengo ningún ingreso excepto la pensión que recibo del gobierno. No es suficiente, pero sobrevivo con ella. Mi casa no está lejos del café", que está detrás de ella en la foto.
“Hace unos días vi al Dios en mi sueño. Crucé el pequeño puente y vi a un anciano, sentado en una gran piedra. Lo saludé y me senté cerca de él en la piedra. Él respondió a mis saludos y preguntó:
-¿Sabes quién soy?
-No, lo siento, no lo hago.
- Yo soy el Dios.
Me desperté inmediatamente tan pronto como lo escuché. Luego sacrifiqué una oveja grande y alimenté a la gente del pueblo. Envié otra oveja al pueblo de Imom, que está en el valle de Ghund, en el distrito de Shugnan, para sacrificarla allí ".
Contaba su sueño con los ojos llenos de lágrimas de felicidad. Hacía demasiado frío porque todavía llevaba pantalones cortos. Pero no presté atención a la frialdad, ya que las historias de la vida de la anciana y su creencia eran realmente agradables de escuchar y me mantenían caliente. Entendí que la felicidad a veces no depende del dinero. Los pobres también son felices porque son espiritualmente FUERTES.
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Publicado en: 6 de Julio de 2022 a las 07:12 by Admin
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